Tu mente es software. Prográmala.
Tu cuerpo es hardware. Cámbialo.
La muerte es una enfermedad. Cúrala.
La extinción se aproxima. Combátela.
jueves, 6 de febrero de 2020
miércoles, 5 de febrero de 2020
martes, 4 de febrero de 2020
lunes, 3 de febrero de 2020
Eclipse Phase en Forbes
Que sale #EclipsePhase en Forbes y la ostia https://t.co/FYPpxi83EX #jdrol #jderol #rol #juegosderol #jdr— Tzimize™ (@tzimize) February 3, 2020
domingo, 2 de febrero de 2020
Las clases sociales se volverán clases biológicas
La tecnología como instrumento para mejorar el ser humano, no
solo física, sino emocional, mental y moralmente. Esta es la propuesta
del transhumanismo. Gracias a la ingeniería genética y al desarrollo de
la inteligencia artificial, los cambios que se avecinan son radicales.
Pero ¿podremos vivir para siempre? ¿Habrá ética en las máquinas que nos
tutelen? ¿El ser humano derivará en una nueva especie? ¿Podremos
revertir o al menos detener el proceso de degradación medioambiental del
planeta? ¿La tecnología avanzada acentuará la brecha entre ricos y
pobres? Antonio Diéguez, catedrático de Lógica y Filosofía de la
Universidad de Málaga, y hasta hace poco presidente de la Asociación
Iberoamericana de la Filosofía de la Biología, acaba de publicar
‘Transhumanismo’ (Herder), un análisis crítico de este movimiento que
focaliza buena parte del debate internacional.
¿Ya somos poshumanos, como sostienen teóricos como Donna Haraway o Rosi Braidotti?
No somos poshumanos en ningún sentido realista que queramos darle al término. No somos cíborgs
asexuados que hayan asumido su condición de tales ni hemos creado una
nueva especie humana aislada reproductivamente de la nuestra. En mi
opinión, es muy improbable que existan seres poshumanos en un futuro
cercano y previsible. Pero si continuamos destruyendo el planeta a este
ritmo, ciertamente no los habrá nunca, porque no dará tiempo a que
puedan surgir. Solo en un sentido metafórico, y de caracterización
variable, algunos autores han defendido que la poshumanidad ya está
aquí, pero lo que querían subrayar con ello, como en el caso de
Braidotti, es que estamos ante un cambio de época en el que el humanismo
moderno ha entrado en crisis y está siendo sustituido por una nueva
visión del ser humano en la que éste asume identidades múltiples y
flexibles, y ya no es considerado el centro del universo ni de la vida
en la Tierra.
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