Lo que les voy a contar hoy… bueno, podría sonar perfectamente al borrador de un guion de Black Mirror. Una administración que, de forma proactiva y masiva, tiene la capacidad de monitorizar nuestro comportamiento en redes sociales y plataformas.
Una herramienta que crea perfiles falsos — “avatares”— para extraer información. Una vigilancia que parece (siguiendo la memoria de licitación) que no se activa después de una sospecha (y una vez iniciado el procedimiento), sino antes (para la selección), a modo de “pesca de arrastre”, para ver quién parece o puede ser “incumplidor”.
Como digo, suena a ciencia ficción distópica. Sin embargo, no les hablo de una serie de Netflix. Les hablo de un documento perfectamente real, público, y debo añadir, fascinantemente aburrido en su forma, pero explosivo en su fondo.
Les hablo del expediente de contratación público 23840010600.
