En Así habló Zaratustra, el espíritu humano pasa por tres estados para poder llegar a crear nuevos valores: Camello, León, y Niño.
El león es la segunda etapa y marca un momento de ruptura, poder y libertad radical.
1. La rebelión contra la autoridad
El león representa la fuerza necesaria para decir: “¡No!”
Es la energía que se libera cuando alguien decide romper con una moral impuesta, con las cadenas del deber, del “tienes que”, del peso de la tradición.
El león lucha contra el gran dragón llamado “Tú debes”, que simboliza todos los valores heredados.
2. La conquista de la libertad
El león no crea valores todavía.
Su tarea es ganar la libertad, abrir espacio para que algo nuevo pueda nacer después.
Es la etapa en la que el ser humano:
Derriba ídolos,
Se libra del miedo,
Afirma su voluntad,
Deja de obedecer mecánicamente.
3. La fuerza para enfrentarse al dragón
Nietzsche describe al dragón como un monstruo brillante lleno de escamas, y en cada una hay un “valor eterno”.
Para enfrentarlo hace falta el rugido del león:
independencia, valentía, poder de decisión propia.

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