Un tipo común de fenómeno meteorológico espacial es la eyección de masa coronal (ECM).
Estas eyecciones son haces de campos magnéticos y partículas que se originan en el Sol. Pueden viajar a velocidades de hasta 2.000 kilómetros por segundo y pueden causar tormentas geomagnéticas.
Estos fenómenos eran los responsables de las según se cuenta hermosas auroras boreales de la vieja Tierra, pero también pueden interrumpir el funcionamiento de los satélites, y apagar redes eléctricas.
Estas eyecciones son haces de campos magnéticos y partículas que se originan en el Sol. Pueden viajar a velocidades de hasta 2.000 kilómetros por segundo y pueden causar tormentas geomagnéticas.
Estos fenómenos eran los responsables de las según se cuenta hermosas auroras boreales de la vieja Tierra, pero también pueden interrumpir el funcionamiento de los satélites, y apagar redes eléctricas.
El suplemento X-Risks lo cita como un riesgo en pag 31;
El Sol, nuestro hermoso y vivificante horno de fusión del Infierno, sigue siendo la bomba de relojería de siempre. Nos matará de una forma u otra. Quizás rápidamente, como con una eyección de masa coronal (ECM), o en unos miles de millones de años, expandiéndose a una gigante roja antes de colapsar en una enana blanca, o la semana que viene porque alguien arroje una cantidad de hierro equivalente a la de Ceres en el horno y las tormentas destruyan los planetas interiores. Hay muchísimas opciones, la verdad.
Proteger a la transhumanidad contra las ECM es fácil: protegerse y resistir, y luego reconstruir según sea necesario. Contamos con sistemas de alerta temprana, así que si algo sucede, lo sabremos con suficiente antelación para teleyectar los egos y asegurarnos las escotillas. Los bombardeos de hierro son una amenaza mayor, pero si alguna facción o entidad reuniera suficiente hierro del cinturón de asteroides o lo extrajera de Júpiter, lo sabríamos mucho antes de que entregaran la carga. Si aparece alguna especie alienígena con la forma de quemar el sol hasta su base de hierro y níquel, entonces se acabará el juego y sentirán la explosión en la Estrella de Barnard. Todo el sistema desaparecerá en una sola supernova. ¡Puf! Se acabó la transhumanidad.
Excepto para quienes estén al otro lado de las puertas.
Aquí tengo algunas discrepancias. ¿Realmente habría tiempo para teleyectar a la población de p.ej, Marte? No lo creo. ¿Cuanta anticipación aportan esos sistemas de alerta temprana?
En la vieja Tierra, el llamado "clima espacial", la actividad solar, al principio se monitorizaba con satélites ubicados alrededor del Punto de Lagrange L1
a casi 1.450.000 km de la Tierra, donde se equilibran las fuerzas
gravitacionales del Sol y la Tierra. Desde esta posición estratégica,
los monitores meteorológicos espaciales podían proporcionar hasta 40
minutos de aviso sobre la llegada de eventos solares.
Llevar los satélites a posiciones mas allá no era viable ya que órbitas mas lejanas eran inestables, requiriendo combustible para estabilizarse, lo que convierte cualquier satélite en bastante caduco.
Esta limitación se venció con satélites de velas solares.
Mientras que un velero aprovecha la sustentación creada por el viento que fluye sobre sus velas curvas para moverse a través del agua, una vela solar aprovecha el impulso de los fotones de la luz solar, reflejados en su gran y brillante vela, para impulsar una nave espacial por el espacio. Tanto el velero como la vela solar aprovechan la transferencia de energía de sus respectivos entornos para impulsar el movimiento sin depender de los propulsores tradicionales.
Una vela solar es una superficie reflectante del grosor de un cabello —que simula un espejo muy fino— que abarca aproximadamente un tercio de un campo de fútbol. Equilibra la fuerza de las partículas de luz provenientes del Sol, que la alejan, con la gravedad solar, que la atrae hacia adentro. Esto permitió aumentar a 60 minutos el tiempo de alerta temprana ante los ECMs.
En la actualidad, una flota de satélites de velas solares del Consorcio Planetario vigilan la actividad solar.
Estos satélites, dan a Mercurio hasta 8 minutos (considerando su distancia media) para reaccionar ante una ECM, pero los satélites deben también hacer llegar la alerta a los sistemas del diminuto planeta, lo que quita a la alerta algunos minutos según la posición del satélite. Afortunadamente, Mercurio es un planeta poco poblado y la red de satélites se plantea como una defensa Marciana en esencia.
Llevar los satélites a posiciones mas allá no era viable ya que órbitas mas lejanas eran inestables, requiriendo combustible para estabilizarse, lo que convierte cualquier satélite en bastante caduco.
Esta limitación se venció con satélites de velas solares.
Mientras que un velero aprovecha la sustentación creada por el viento que fluye sobre sus velas curvas para moverse a través del agua, una vela solar aprovecha el impulso de los fotones de la luz solar, reflejados en su gran y brillante vela, para impulsar una nave espacial por el espacio. Tanto el velero como la vela solar aprovechan la transferencia de energía de sus respectivos entornos para impulsar el movimiento sin depender de los propulsores tradicionales.
Una vela solar es una superficie reflectante del grosor de un cabello —que simula un espejo muy fino— que abarca aproximadamente un tercio de un campo de fútbol. Equilibra la fuerza de las partículas de luz provenientes del Sol, que la alejan, con la gravedad solar, que la atrae hacia adentro. Esto permitió aumentar a 60 minutos el tiempo de alerta temprana ante los ECMs.
En la actualidad, una flota de satélites de velas solares del Consorcio Planetario vigilan la actividad solar.
Estos satélites, dan a Mercurio hasta 8 minutos (considerando su distancia media) para reaccionar ante una ECM, pero los satélites deben también hacer llegar la alerta a los sistemas del diminuto planeta, lo que quita a la alerta algunos minutos según la posición del satélite. Afortunadamente, Mercurio es un planeta poco poblado y la red de satélites se plantea como una defensa Marciana en esencia.
Venus (y los hábitats en su órbita) dispone de hasta 50 o 60 minutos de anticipo, mientras que Luna o la Alianza Lunar-Lagrange de hasta 80, pero es Marte el principal beneficiario de la red de alerta temprana, con hasta 2 horas y 20 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario